Tu cesta está vacía
Nota mental: para alargar el buen humor, salir con ellos puestos de casa.
Vamos a ver, ¿quién no ha escuchado por boca de su abuela las bondades de esta legumbre prodigiosa? Omnipresente en todo tipo de guisos y potajes, no había dolencia, por misteriosa que fuera, que no se resolviera con una buena cucharada. ¡Si hasta podía resucitar a un muerto! Pero al parecer los tiempos cambian. Porque no fue hasta llegar a Svalbard, teclear el número de la cámara acorazada y desprecintar el sobre hermético, que no descubrimos el uso real que la modernidad le había deparado: ¡como accesorio para orejas! ¿Qué no te lo crees? Pues dale tú misma al botón de “¡Me lo llevo!” ¡y lo compruebas en persona!