Tu cesta está vacía
Para el típico día ajetreado en que necesitas un momento de relax.
Condujo toda la noche hacia el sur por el trayecto más largo. Llevaba un jersey grueso y viajó con las ventanas abiertas hasta que el olor de la tierra dejó de ser el del agua y los árboles para convertirse en ciudades. Era una noche brillante, y allá arriba, la Osa Mayor y sus treinta y siete mil vírgenes le hacían compañía. (Oso, Cap. XXII, p. 171)